sábado, setiembre 29, 2012

¡ Ya, chau !


Ella no sonreía mucho.
Se inmutaba temblorosamente al hablarme.
Le gustaba hacer quecos invisibles y
exhibirse descaradamente cuando no la estaba mirando
Se embutía en unos jeans rochosamente apretados
y en unos tops que apenas contenían sus,a la vista,firmes y redondos pechos.
Y así,un día como llegó se fue…confundiendo su piel con  el oscuro sitio de mi memoria.