Se acaba de ir otro grande. El sábado 5 de abril, a los 84 años falleció, el ahora inmortal, coronel George Taylor, al menos para mi, el más emblemático y entrañable de los personajes encarnados por Charlton Heston , protagonista de la saga de El Planeta de los Simios , inolvidables films que acompañaron innumerables veces nuestra niñez, adolescencia y, los que aun hasta ahora, uno no se cansa de ver.
Conmovedora la escena en la que un horrorizado e iracundo Heston se postra sobre la arena mientras grita: ¡ Malditos, finalmente lo hicieron!, al descubrir los restos de la estatua de la libertad, enterrada sobre las arenas de una playa del planeta de los simios, que finalmente, nos damos cuenta todos, termina siendo la tierra. Sólo participó en las dos primeras películas de la saga: Planet of the Apes (1968) dirigida por Franklin J. Schaffner y en Beneath the Planet of the Apes (1970) dirigida por Ted Post. Estas pelis lo tenian todo, acción, el look impactante de los simios (de inspiración sado –masoquista, con látigo incluido), la impactante belleza de Nova (Linda Harrison) la pareja ideal según muchos, por que no profería sonido alguno, el gustillo zoofilico de Taylor (recuerden el agarre con la mona Zira) y como no, la revolución final de los simios en la últimas pelis, con las hordas de monos armados hasta los dientes, dándonos al fin lo que merecemos.
Por aquella época, esta versión, logró causar revuelo entre la comunidad negra norteamericana, pues consideraban que en esas escenas había una velada burla a los movimientos pro derechos de los negros en gran auge por ese entonces. Felizmente la cosa no llego a mayores.
Conmovedora la escena en la que un horrorizado e iracundo Heston se postra sobre la arena mientras grita: ¡ Malditos, finalmente lo hicieron!, al descubrir los restos de la estatua de la libertad, enterrada sobre las arenas de una playa del planeta de los simios, que finalmente, nos damos cuenta todos, termina siendo la tierra. Sólo participó en las dos primeras películas de la saga: Planet of the Apes (1968) dirigida por Franklin J. Schaffner y en Beneath the Planet of the Apes (1970) dirigida por Ted Post. Estas pelis lo tenian todo, acción, el look impactante de los simios (de inspiración sado –masoquista, con látigo incluido), la impactante belleza de Nova (Linda Harrison) la pareja ideal según muchos, por que no profería sonido alguno, el gustillo zoofilico de Taylor (recuerden el agarre con la mona Zira) y como no, la revolución final de los simios en la últimas pelis, con las hordas de monos armados hasta los dientes, dándonos al fin lo que merecemos.
Por aquella época, esta versión, logró causar revuelo entre la comunidad negra norteamericana, pues consideraban que en esas escenas había una velada burla a los movimientos pro derechos de los negros en gran auge por ese entonces. Felizmente la cosa no llego a mayores.
Inolvidable también la épica historia de su otro gran personaje clásico, el sufrido Judah, en Ben Hur (1959) de William Wyler, basado en la novela epónima de Lewis Wallace. Papel que en su momento rechazaron otros monstruos como Burt Lancaster o Marlon Brando. Ya es una costumbre verla siempre por semana santa, nunca aburre, a pesar de su larga duración. También, en sus inicios, participó en películas noir, que ahora son consideradas clásicos del género y que hasta el día de hoy no he podido ver, será cuestión de remediar esto. Por una época también tuvo activa presencia en películas de desastres, de moda por la época de los 70, especialmente en los dos grandes taquillazos Terremoto y Aeropuerto.
Hay una película que recuerdo especialmente, por que la vi solo una vez, allá por el año 84 me parece, que en español tenía el título de Cuando el destino nos alcance (Soylent Green – 1973) de Richard Fleitscher, en la que hace pareja con otro grande, Edgard G. Robinson, recuerdo que me dejo traumado por un buen tiempo el enterarme, gracias a esta película, que no era imposible acabar así en algún futuro no muy remoto, con la gente hacinada y muriendo de hambre, con solo algunos pocos privilegiados con acceso a comodidades. Lo más espeluznante es que al final, el detective R. Thorn (Heston), descubre de que manera la gente más necesitada era alimentada por el gobierno. Existía un lugar llamado El Hogar, al que iban a morir quienes lo desearan, mientras les pasaban hermosas imágenes de cómo fue la tierra décadas atrás, estas personas, ya cadáveres, eran introducidas en máquinas que luego de algunos procesos eran convertidas en galletitas, que era con las que el gobierno alimentaba a las masas hambrientas, gran final.
Muy criticado en el aspecto personal por defender fervorosamente la libre posesión de armas, desde su puesto de presidente de la Asociación Nacional del Rifle. Los que vieron el documental de Michael Moore, Bowling for Columbine, recordarán el acoso al que es sometido el anciano actor por el gordito Moore, el buen Heston no pudo encontrar mayores argumentos para defender su punto de vista ante Moore, al que pide finalmente que se retire, lo cual hace, pero no sin antes dejat unas fotografías, en la puerta de su mansión, de las chicas asesinadas durante la masacre perpetrada por unos estudiantes en la secundaria del pueblo de Columbine. Triste la imágen del actor alejándose con paso tembloroso. Fue la última vez que lo ví sobre una pantalla, no estoy al tanto de lo que hizo en los últimos años, pero con esa filmogafía apabullante que tiene creo que ya puede descansar en paz.
Nos estamos quedando sin héroes carajo, descanse en paz Mr. Heston, alias Coronel Taylor, Alias Ben Hur Judah.
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