Catarsis III (al revés??)

10 de marzo de 2009

Esta es una catarsis al revés, si cabe, ( o pequeños felices momentos) para que vean que no soy un renegón solamente.

- Jackie Brown de Tarantino, a las 6 de la tarde, proyectada en el viejo cine Julieta solo para 3 solitarios gatos. Que agradable ver una película sin el ruido de la chusma masca popcorn.

- El cuerpo tibio de ella descansando a mi lado en una madrugada de alcohol, hace ya mucho tiempo, nada sexual porsiacaso (loooserr dirán) solo su rico perfume y el agradable ritmo de su respiración, despertados por una idiota canción pop, que ahora, muy a mi pesar, me gusta escuchar solo por que me recuerda ese momento.

- El pequeño viaje de los jueves (día de descanso en la explotadora chamba) hasta la librería, para dejarme casi la mitad del sueldo de la semana, en Popular 1, Rollling Stone y Spin (revistas de rock para los despistados).

- Una mañana de verano, orinando en la playa, con el agua hasta las canillas, con borrachera de ron y la brisa en la cara, lo más cercano a la libertad que pude sentir, mientras todos dormían alrededor.

- Cuando niño, las madrugadas con mi viejo, mientras tomábamos jugo en algún kiosco de una perdida y calurosa ciudad de la selva, sin hablar de nada, solo haciéndonos compañía. Como extraño eso carajo, ahora hay mucha distancia en varios sentidos.

- Las madrugadas de hierba y ron en el rico norte, mientras vagaba con mi mancha de pastrulos, con guitarras al hombro, cantando desafinado y jodiendo a cualquier chica que se cruzará en el camino. Cuando la preocupación más importante era que diablos comeríamos cuando nos de la resaca.

- Las interminables caminatas por la Cachina, desempleado y feliz, para vender o comprar música. Vi la luz cuando encontré el vinilo de Neil Young.

- Suena un poco monse pero que diablos. Las horas a oscuras fumando un pucho, mientras escuchaba a unos recién descubiertos Guns ‘n Roses en compañía del único pata (mi único pata también) que tenía reproductor de CD por ese entonces.
- La interminable biblioteca de mi ex patrón y espero que aun amigo, y las horas que pasaba ahí enterándome de lo bueno que me perdí por misio y ocioso.

- Su blanca, dulce y casi inocente sonrisa cuando de casualidad nos encontramos y parece alegrarse realmente de verme. Cada minuto a su lado es perderse en sus labios y dientes y olvidarse de lo feo que es allí afuera. Con eso tengo suficiente, por el momento.

- Ah...y cuando llueve también, y si estoy en la compañía de la persona indicada, mucho mejor. Creo que una canción de Garbage habla de esto.