Este post lo vine craneando desde que fui a ver la segunda entrega de los X - Files, como bien saben, la fe es uno de sus principales leit motiv. El post, por diversas razones se quedo fuera, pero ahora he redondeado la idea, así que ahí está. Aunque a las finales no tiene nada que ver con la película, es lo que hay, a ver si entienden.Desde hace unos 4 o 5 años la pregunta me viene asaltando constantemente. ¿En que creo?. Pero hoy, a los 31, se ha convertido en casi un pensamiento constante en mi diaria y alpinchista existencia.
¿Para que me levanto todos los días? ¿Por qué vivo, por que como, por que o por quien río, lloro? ¿ que convicciones o principios rigen mi vida? y me sorprendió y asustó no encontrar una respuesta convincente.
Recuerdo que cuando aun vivíamos juntos, mi viejo siempre me repetía el rollo de creer o vivir por y para algo, yo, adolescente al fin y al cabo, lo escuchaba pero sin tomarlo mucho en serio, ahora a la distancia y tiempo, sus palabras han vuelto con inusitada fuerza, para ya no dejarme tranquilo. Él, supongo, aún hasta ahora tiene su fe católica, aunque no la practique cree en Dios, a su manera pero cree. Yo en cambio, si bien me críe en un entorno básicamente católico, no asimile nunca la mayoría de sus costumbres y creencias, lo poco de ello, que hasta ahora me queda, es la fascinación por toda su iconografía, con sus papas, santos, símbolos, ángeles, demonios e imponentes templos. Quizá de ahí derive el cierto respeto que le tengo a las iglesias y textos, supongo que es un reflejo inconsciente de mi niñez católica. Recuerdo que mis amigos, la mayoría menores que yo, se sorprendían cuando los regañaba por hacer tal o cual payasada en alguna iglesia que por casualidad llegábamos a visitar.
Lo arriba mencionado, por supuesto, no es suficiente para llegar a configurar una fe o algo parecido, solo es mera curiosidad y morbo intelectual.
Y si algo me hizo ahondar aun más en el tema de creer en algo, fue que en este año y particularmente en los últimos meses, muchas personas cercanas han adoptado algunos cambios y actitudes que me sorprendieron por decir lo menos, algunos de ellos muy cercanos y otros que en algún momento lo fueron. Todo lo acontecido con ellos (infidelidades, cambios radicales de carácter social y sentimental, etc ) una vez más me hizo ser consciente de la fragilidad de las convicciones.
Supongo que a mi edad, me salve por un pelo de formar parte de la enorme legión de jóvenes-adultos hijos de la posmodernidad. La relatividad de los sentimientos, de la moral y de la ética parece ser una constante de los tiempos que corren. La delgada línea que separaba lo correcto de lo que uno quiere hacer (que no siempre es lo correcto) parece haberse diluido entre los múltiples estímulos que ofrece este nuevo milenio ( sexo sin compromiso, mayor tolerancia a diversidad de opciones sexuales, aparición de nuevas formas de “moral”, “etica” convenida, etc) y las últimas generaciones no parecen reacias a traspasar esa delgada línea, si hasta placer parece que les provocara. Una pequeña muestra de esto puede verse en las últimas producciones cinematográficas, donde los villanos de turno resultan siendo los más aclamados por el público, y los héroes ya no resultan los clásicos paradigmas del bien, si no que también se debaten entre la oscuridad y la luz.
Claro que, como me lo comentó una amiga, también juega a mi favor (o en contra) el haber crecido en un ambiente clásicamente provinciano, que por lo general resulta siendo de lo más conservador. Supongo que algo de eso tengo, pero tampoco me considero un conservador a ultranza, no tengo nada en contra del “amor libre” siempre y cuando sea de mutuo acuerdo y no dañe a terceras personas, o del matrimonio o convivencia entre personas del mismo sexo (aunque confieso que me resulta risible la idea de ver a dos barbones saliendo de la mano de la iglesia, en fin cuestión de gustos), tampoco creo en la virginidad ni en que eso sea determinante para escoger una pareja, tampoco le hago ascos a los métodos anticonceptivos (me parece un crimen que la iglesia los condene), el aborto con fines terapéuticos y no egoístas, etc.
Pues bien, retomando la idea original de los primeros párrafos, son tiempos difíciles para buscar algo o alguien en que creer, los credos, convicciones y principios no parecen estar hechos para esta época, el sacrificio personal para lograr algún objetivo a la larga beneficioso no parece ser una opción para muchos de nosotros. Por lo general nos calificamos de “prácticos” cuando de alcanzar algún objetivo de la manera más fácil se trata. Esta palabra, “práctico-ca” se ha convertido en un recurrente eufemismo para tapar nuestras faltas ( o pecados según el credo de cada uno) y a la larga no sentirnos tan mal por lo que hicimos o dejamos de hacer para lograrlo. No es una crítica para nadie, todos en algún momento, en mayor o menor grado hemos actuado de esa manera para conseguir algo.
Y si pues, aun no he encontrado algo en lo que pueda creer, pero definitivamente si tengo algo, y me alegró descubrirlo, de lo que puedo estar seguro y es de la lealtad para con los demás. Tal vez no este bien que yo lo diga ( ya se sabe, uno no debe hablar de sus virtudes, pero que chu.. es mi blog y si a alguien no le parece piña pues, jaja) pero hasta ahora creo haber sido leal con mis amigos, familia y con las pocas mujeres que tuvieron la mala suerte de cruzarse en mi camino, jaja. Tal vez llegué a decepcionar a muchas personas, por que se hicieron algunas ideas pre concebidas respecto a mi, pero nunca las traicione. Y eso es algo que me hace sentir bien conmigo mismo sobre todo, y quizá pueda ser un punto de partida para buscar algún camino que pueda definir mis próximos años de existencia. Mientras tanto seguiré en la búsqueda de “algo” en que creer, aunque en estos momentos aun no sepa bien que es, pues a pesar de todo mi fe en el genero humano aun no se ha perdido, siempre estará ahí, y parafraseando a otra amiga, quien tras su dulce sonrisa de niña esconde más sabiduría de la que aparenta; lo más importante es lo que yo crea, si el mundo entero me dice que estoy equivocado, no será suficiente, será suficiente cuando yo también crea que lo estoy.